lunes, 15 de enero de 2007

Cocinero, cocinero!


Con esto de la cocina, muchas veces me he preguntado donde esta la linea divisoria entre el amateur y el profesional ; entre el experto y el snob.
Seguramente, habréis estado en innumerables establecimientos denominados “restaurantes”, por llamarles algo, donde te cobran por cabrearte con el cocinero, que ademas suele tener la desfachatez de indignarse con el comensal que se atreve a criticar su “obra”. Y a ese monstruo vestido de blanco le llaman cocinero.
Por contrapartida, en mas de una ocasión nos habrán invitado a casa de amigos donde él, o ella te homenajean con su receta especial, que al probarla –quizás con cierta reticencia al principio- crees que has sido teletransportado al séptimo cielo. Es una verdadera maravilla.
Ahora bien, ¿Quién es el “cocinero” en este caso?
Por supuesto, en todas las épocas y edades ha habido profesionales chapuceros y aficionados brillantes.
Pero concentrándonos en lo que hablábamos; el otro día ví por la tele un concurso (¡otro mas!) en el que un chef profesional y uno aficionado tienen que preparar el mismo plato, cada uno con sus artes, para luego ser juzgado por una serie de personas, relacionadas o no con la hostelería.
Uno puede suponer que el chef lleva las de ganar de antemano, por el dominio de las artes culinarias y la experiencia.Pero no; resulta que el ama de casa, con su plato preparado al estilo casero se llevó de calle al jurado. Vaya…
Aparte de ilustrar lo que decíamos antes sobre el cocinero y el aficionado, a mi me lleva a una reflexión mas pausada, y es: ¿Se puede considerar aficionado o amateur al cocinero(a) que ejerce de tal diariamente en su casa, preparando la comida para toda la familia?
No se hasta que punto.
Una definición que encontré para describir el trabajo de cocinero, dice en parte “Los cocineros deben conocer en profundidad qué componentes resultan necesarios para elaborar los diferentes platos y prestar atención a la calidad nutritiva y dietética (en función del valor alimenticio que proporciona, la posibilidad de evitar enfermedades y la conveniencia de las distintas comidas según el tipo de
consumidor). A partir de estas destrezas, desarrollan una variada oferta gastronómica…”

¿No hacen eso las amas de casa desde tiempo inmemorial?
Bueno, aparte de la reivindicación de las cocineras y cocineros amos de casa, podemos insistir en el tema del amateurismo gastronomico, ya que creo que hay un pequeño vacío social al respecto.
Me explico. Seguro que en mas de una ocasión os ha pasado (sinceramente espero que si, ya que mal de muchos….ya sabéis) bueno, si os gusta el buen yantar y el vino, imagina la escena:
Tienes una botella de vino , que a lo mejor te han regalado o has invertido tus euros en ella, quizas recomendado por alguna publicación especializada o por un amigo experto.
Por supuesto, tu quieres compartirla con tus amigos, que en esas ocasiones en que los invitas a catar un buen caldo son mejores amigos si cabe, y en cuanto remueves la copa para examinar sus propiedades y lo hueles con expresión seria y concentrada, no falta el gracioso de turno que pone esa sonrisita burlona que por descontado te gustaría borrar de un ladrillazo a ser posible, sabiendo además que el resto del grupo está pensando que eres un esnob o un pedante, o un esnob pedante.
¿Qué hacer? Reírse con ellos de uno mismo y seguir degustando el vinazo, echarlos a patadas, renunciar a saber en profundidad que esta envuelto en la cata de vinos, dejar de informarse y estudiar a fondo, libros, articulos etc?
Es mas, piensas ¿Soy un Esnob pedante?
Y es lo que decía antes, ya sea en lo referente a los fogones, o a la degustación de vinos. ¿Porqué se burla el personal de una persona aficionada, entendida en el tema, quizas con buen gusto natural y buena mano (o nariz), y tolera al monstruo de la cocina que mencionamos antes, solo porqué es profesional?
Y no me estoy refiriendo a la persona diletante, que por solo leer una novela en su vida se cree que es critico literario.
Hablo y reivindico la figura del connaisseur , que es un termino que se puede traducir como “entendido” aunque creo que no es exactamente el matiz que quiere comunicar.
El connaisseur reconoce y aprecia los pequeños matices, tiene un conocimiento en gran medida intuitivo, y hace gala de un gran amor por su tema. No es profesional en el ramo pero está informado y actualizado,y es la antítesis de los que le gustan las cosas simplemente porque son caras o decide si un plato o un vino es bueno ,por si le gusta o no.
¿Considera la gente a alguien así como pedante y estirado? Sin duda.
Pero en cuanto haya un reality show de connaisseurs, entonces todo cambiará.
Mientras tanto, habrá que catar vinos y platos de nouvelle cuisine en el sótano de casa, a salvo de amistades.

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