viernes, 12 de enero de 2007

De gustibus non est disputandum

Eso es,sobre gustos no hay nada escrito.
Entonces, porque nos gusta lo que nos gusta?

Mucho tiene que ver el sitio donde nacemos y la crianza.
Si nacemos en la India o en Mexico, muy probablemente estaremos acostumbrados desde pequeños a las comidas muy sazonadas y picantes, y los sabores de otras regiones del planeta nos parecerán insípidos y sosos.
Quizá nosotros aqui en España nos inquietará la vision de alguien comiendo (y saboreando) insectos de todo tipo y orugas de tamaño inusual, a la vez que algunos habitantes de Africa se sentirán muy incómodos y asqueados contemplando como devoramos unos langostinos o gambas del numero 1.
Nuestros amigos de las islas Británicas se horrorizan cuando ven la pata de jamón en nuestros hogares , opinando para sus adentros que eso de tener un cadaver en la cocina no es lo mas civilizado, mientras que ciertas culturas ven con reparo eso de comer carne o pescado crudo.
Luego tambien está el gusto individual de cada uno.Habrá gente en marruecos que no guste el cordero, y en Francia que no le guste el queso, y en España el jamón y asi por el estilo.

Pero la gastronómia es cultura, y el cultivarse es vencer prejuicios.
Y si bien lo del titulo es cierto,tambien es un hecho que en la variedad está el gusto.

En tiempos remotos, la cocina nacional o regional estaba condicionada por las materias primas; se utilizaba lo que había localmente, ya que las distancias y la conservacion de los alimentos durante el trasporte así lo requería.Por muy bueno que estuviera el cordero de la china, era imposible que llegara a destino en condiciones.

Hoy no hay impedimento para degustar los platos de todas las geografías, la globalización beneficia nuestro paladar.Tenemos a nuestro alcance, como nunca antes, una increible variedad de sabores, matices, texturas y sensaciones procedentes de los diferentes estilos de preparar los alimentos.
Asi es que el movimiento se demuestra andando. ¡A probar!